Advertencia para cualquier lector-reflector humano

La poesía no puede ser tu piedra angular
la poesía no podrá ser siquiera un poco de arena
la poesía quema o destruye la sangre cauta
la corrompida sangre la vuelve tinta
pintando con nuestra vida las hojas en blanco.
Por eso el miedo acecha mi cuerpo,
por eso mi teclado es la espada de Damocles
Así concibo los labios definitivos y rosas
de mis manos, de las caricias como espadas.
Así, brevemente, Reflector Humano
oía como me dictabas un deseo.

Bienvenida/o

denguecortos@hotmail.com

miércoles, 26 de diciembre de 2007

La estación invisible. Epitafio para otro año.

La estación invisible
singladura de cualquier ojo perdido
ha sido finalmente marcada.

Viendo desaparecer
los viajeros de la calle del adiós
andando hasta ella
entre suspiros,
te empeñaste en simularlos.

Difíciles tiempos
de pérdidas y ganancias
que perdieron su sangre
reducidas a un sólo beso.

Los ladrillos ausentes
de esta estación metafísica
es la cárcel del paroxismo.

Mis pasiones se pierden
y no puedo conquistar
su vuelta.

Ya no, no existen existiendo
algún lugar o habitación
del ayer.

Así las ciudades difíciles
se pliegan en una carta
que no llega más allá
de las esquinas de tu cajón.

La voz que fui esperando
se liberó a los años
aprisionándome el cuerpo
con adjetivos agolpados.

Ser una metáfora, sin más,
para convertirme
en mi única imagen clara.

Llega el final del año
y con él se pierden
el resto de lo que queda
de los otros vividos.

Las sonrisas de una cara
desdibujada
de la misma cara
que muchas veces quisiste
hasta desdibujar la tuya
ahora ya duerme en otro rincón
invisible de la estación
del geranio de humo.

Gotas mercenarias
alisan el cristal
de tu posibilidad
resbaladiza.

Mi fin de año será el instante,
único, final como el gong fuerte
de un beso dado por una lengua
al golpear los labios metálicos
de una estatua onírica
de un cuerpo desarrollado
para ser amado dos segundos antes
de todo esto.

Hay personas que esperan
en la vorágine de esta Estación invisible,
de mutuo acuerdo
abrazados
el olvido que nunca
se atrevieron
a buscarlo juntos
como juntos
profundamente,
se encontraron.

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