Solo creo en el reflejo que teclea esta mentira
y me ata a la silla como un inmortal acento.
No creo en las ácidas bocas recién exprimidas
que permanecen un instante pendiente de mí.
Solo creo en las notas que emborronan una escena
del crimen y marcan con sangre la huida.
No creo en absoluto en mis ojos en blanco
y negro que son el azogue de mi pasado.
Solo creo, por referencias, que me lloraste
un día, una noche, un libro y medio pan.
No creo en esa calderilla que compraba tu sonrisa
ni en ese cheque sin fondo, sin amor, sin ti.
Solo creo que tu cuerpo en soledad
es la más delicada versión de un crimen.
No creo que el vértice de mi nariz te señale
el lugar donde yace mi espera a medio enterrar.
Solo creo que tus labios como cuchillas
son el silencio que queda después del amor.
No creo que tampoco esta noche la sombra
que me sedujo supere esta barrera platónica.
EL REFLECTOR HUMANO. LOS DENGUECORTOS
Advertencia para cualquier lector-reflector humano
La poesía no puede ser piedra angular de ti
la poesía no podrá ser siquiera un poco de arena
la poesía quema o destruye la sangre cauta
la corrompida sangre la vuelve tinta
pintando con nuestra vida las hojas en blanco
por eso el miedo acecha mi cuerpo
por eso mi teclado es la espada de Damocles
así concibo los labios definitivos y rosas
de mis manos, de las caricias como espadas.
Así, brevemente, a tí, Reflector Humano
oía como me dictabas un deseo.
Bienvenido
denguecortos@hotmail.com
la poesía no podrá ser siquiera un poco de arena
la poesía quema o destruye la sangre cauta
la corrompida sangre la vuelve tinta
pintando con nuestra vida las hojas en blanco
por eso el miedo acecha mi cuerpo
por eso mi teclado es la espada de Damocles
así concibo los labios definitivos y rosas
de mis manos, de las caricias como espadas.
Así, brevemente, a tí, Reflector Humano
oía como me dictabas un deseo.
Bienvenido
denguecortos@hotmail.com
domingo, 13 de diciembre de 2015
lunes, 23 de diciembre de 2013
El violador legislativo
Hay manos que dañan
que las carga el Diablo
que buscan el combate
sin siquiera iniciarlo
Hay manos que atrapan
la piel sin retraso
que aplican dolor
solo con desearlo
Hay manos que atisban
mundos imaginarios
de crucifijos santos
de paraísos lejanos
Hay manos que azuzan
que siembran penachos
de soldados infames
de idearios arcanos
Hay manos sórdidas
que escriben párrafos
cubiertos de gloria
eterna para unos cuantos
Hay manos ínclitas
que follan sin rastro
a las que persiguen
solo en los despachos
Hay manos endiosadas
que parecen solo manos
que al lado de las tuyas
son huesos y espanto
Hay manos que firman
y afirman sus excesos
de que una mujer
es algo menos que sexo
Hay manos que maldicen
en el Boletín del Vaticano
a la mujer que decide
interrumpir su embarazo
Hay manos de hombres
tremendamente inhumanos
que hacen de mi sexo
una vergüenza de facto
Hay manos de políticos
hombres de Estado
de gestación lenta
que intentan encarcelar
su fracaso
en tu útero su miedo
su aborto
su cavernícola ideario
que las carga el Diablo
que buscan el combate
sin siquiera iniciarlo
Hay manos que atrapan
la piel sin retraso
que aplican dolor
solo con desearlo
Hay manos que atisban
mundos imaginarios
de crucifijos santos
de paraísos lejanos
Hay manos que azuzan
que siembran penachos
de soldados infames
de idearios arcanos
Hay manos sórdidas
que escriben párrafos
cubiertos de gloria
eterna para unos cuantos
Hay manos ínclitas
que follan sin rastro
a las que persiguen
solo en los despachos
Hay manos endiosadas
que parecen solo manos
que al lado de las tuyas
son huesos y espanto
Hay manos que firman
y afirman sus excesos
de que una mujer
es algo menos que sexo
Hay manos que maldicen
en el Boletín del Vaticano
a la mujer que decide
interrumpir su embarazo
Hay manos de hombres
tremendamente inhumanos
que hacen de mi sexo
una vergüenza de facto
Hay manos de políticos
hombres de Estado
de gestación lenta
que intentan encarcelar
su fracaso
en tu útero su miedo
su aborto
su cavernícola ideario
domingo, 17 de febrero de 2013
Ese corazón retirado por uso indebido
I
La sangre vino a ti
borracha de identidades
como una orgía
de flores aterciopeladas.
Resucitada
arrepentida
humana.
II
Mujer que derrotas
las miradas
sin combate
sin nada.
Ausente hojarasca
de cabellos
el vagón te acuna
estelada.
III
En el Pueblo Nuevo
partes,
me parte
tu fugacidad.
Como si arrancaras
tus manos enclaustradas
suavemente tocando
en las escaleras
en las escaleras
aquellas notas de bajada.
IV
Te muestras imagen
la sonrisa atrapada
ojos abismales
arrullan tu cara.
Pasas a mi lado
luego tu timidez llega
después tu despedida
amarga.
V
Si emplazas un día
tus ojos al frente
y descubres la vida
quizás hoy sonrías.
O no, mujer entristecida,
tu corazón fraudulento
retirado se halla
en esta vía.
Madrid, 2007.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
Tren de cercanías-lejanías-letanías.
I
Sal
del espejo
roto
a mordiscos
chica
autosexual.
Cáete
como la losa
Sal
del espejo
roto
a mordiscos
chica
autosexual.
Cáete
como la losa
triste
sin reproche
como el refrán:
"Entre más tarde,
más noche."
sin reproche
como el refrán:
"Entre más tarde,
más noche."
II
Viajas en el tren
cuando tu amor
va sin billete,
colgado
de la ventanilla
y lo ves
con esa cara de culpable
humanizando
su dictadura.
cuando tu amor
va sin billete,
colgado
de la ventanilla
y lo ves
con esa cara de culpable
humanizando
su dictadura.
III
Cuando llueve
y te enamoras
de la gota perfecta
que lleva
en su reflejo
tu esperanza
esa gota
rompe
en el suelo
impotente
su lágrima
por ti.
y te enamoras
de la gota perfecta
que lleva
en su reflejo
tu esperanza
esa gota
rompe
en el suelo
impotente
su lágrima
por ti.
IV
Mañana
me acostaré
con la hoja
sin madre
que danza
rítmicamente
mientras cae
solitaria
suicida
precipitada
buscando
el amor.
me acostaré
con la hoja
sin madre
que danza
rítmicamente
mientras cae
solitaria
suicida
precipitada
buscando
el amor.
jueves, 25 de octubre de 2012
Agonía-afonía
En la noche de los mudos
palabras vienen bajo cuerda,
las mías de guitarra rota,
no suenan, solo lamentan.
En la noche de los mudos
las voces se atormentan
entre silencios impuestos
de miserias, de entretelas.
En cualquier noche muda
mis penas se arrecian
con tu voz prestada
con mi amor en vela.
En esta noche muda
mis letras son amenas
son lápices vírgenes
son hímenes sin condena.
En esta noche muda
hablar sin bajeza
solo se consigue
callando la torpeza.
En mi noche muda
mi voz sin Luna llena
me arranca de la tumba
las flores que nadie lleva.
palabras vienen bajo cuerda,
las mías de guitarra rota,
no suenan, solo lamentan.
En la noche de los mudos
las voces se atormentan
entre silencios impuestos
de miserias, de entretelas.
En cualquier noche muda
mis penas se arrecian
con tu voz prestada
con mi amor en vela.
En esta noche muda
mis letras son amenas
son lápices vírgenes
son hímenes sin condena.
En esta noche muda
hablar sin bajeza
solo se consigue
callando la torpeza.
En mi noche muda
mi voz sin Luna llena
me arranca de la tumba
las flores que nadie lleva.
sábado, 20 de octubre de 2012
Veinte frecuencias y un bostezo desesperado.
Frecuento esas tardes lluviosas que nunca terminan de inundar los pluviómetros.
Frecuento esas pizarras que amenazan con el derecho de admisión.
Frecuento las calles que han perdido su nombre y han ganado universalidad.
Frecuento el año 1986 y juego al escondite con el dolor imborrable.
Frecuento las lágrimas que dejaste como migas de pan sin peces multiplicados.
Frecuento a tu novia que nunca dejó de nombrarme en sus sueños.
Frecuento los quirófanos, los cementerios, los juzgados y los divorcios.
Frecuento la Esperanza que hoy quedó sin clientes tras la última redada política.
Frecuento esas noches sin Luna que surgen tras dar tu espalda al mundo.
Frecuento esa hoja que cae sin tinta, sin escritor, sin novela, sin rumbo.
Frecuento las sacristías donde se alojan los guionistas de los ilusos.
Frecuento las botellas medio vacías donde puedo hacer pie sin emborracharme.
Frecuento el hotel donde un tipo cualquiera y tú, os encontrasteis conmigo.
Frecuento los túneles del metro antes que el primer suicida se me adelante.
Frecuento aquellos países que permiten visitar aquello que se pierde en el espejo retrovisor.
Frecuento los mecanismos del lenguaje, su engranaje, tu saliva y tus labios.
Frecuento los colegios no ajustados al marco legal imperante.
Frecuento el hormiguero épico de una obrera que robó un millón de pipas en casa de la reina.
Frecuento la insania los martes y jueves de 3 a 6 sin cita previa.
Frecuento mi amor cuando es ilegal, cuando solo tú y yo nos amamos.
Bostezo cuando mis poemas se entretienen con las musarañas y vuelven menos de los que entraron a por tabaco en aquel club de exhibicionistas de la palabra o Real Academia de la Lengua.
domingo, 18 de diciembre de 2011
Nueva y tranquilidad (juegos del taller de poesía de una Noche en verde)
En la hora nueva
esa que no marcan
los relojes del sistema
manecillas enterradas
sin minutos, sólo son la nada.
Las manos que encierran
una idea de esperanza
tranquilidad solapada
de una revolución en marcha
compañeros, compañeras
de la madrugada.
esa que no marcan
los relojes del sistema
manecillas enterradas
sin minutos, sólo son la nada.
Las manos que encierran
una idea de esperanza
tranquilidad solapada
de una revolución en marcha
compañeros, compañeras
de la madrugada.
viernes, 16 de diciembre de 2011
Deshielo
Mis labios se endurecen con los años
al igual que ese repetitivo tic
que acaba por molestar
a mi reflejo en el cristal de tu casa.
Una corteza sin savia,
sin sabio que lo desentuerte
oculta mi desvelo naciente
siempre desde oriente.
Y porque creo en la desnudez
de tu cuerpo excavado por mí
descubierto de la piedra que habita
te deseo en todas mis buenas noches.
Elevas mis dimensiones
fuera de los mapas, me haces
ciencia y magia multiplicando 1 por 1
hasta que al fin dio 2.
Un pliegue que adoro es aquel
que socava mis aburridas tardes
que nace en X y vuelve a Y
ahí, compañera, justo ahí.
Pero tus ojos, hace tiempo
que andan perdidos detrás
de mis cuencas, donde las miradas
nunca se oponen y siempre se encuentran.
Y yo no he de creer en más
que en tu punto y seguido
del ombligo, o en mi ateísmo
carnal en un hotel consumido.
Hoy que, por ejemplo, aún no he muerto
cuando el sueño es una vida extra
cuando mi corazón es rebobinado
por un boli BIC, mi prisa y tu mano
se desbordan en mi cuerpo, con la exactitud
del río, al igual que los labios
vuelven en cada estación
de tren y el deshielo por las caderas
que todo lo arrastra, que todo lo mueve
que todo lo besa, que todo lo puede .
al igual que ese repetitivo tic
que acaba por molestar
a mi reflejo en el cristal de tu casa.
Una corteza sin savia,
sin sabio que lo desentuerte
oculta mi desvelo naciente
siempre desde oriente.
Y porque creo en la desnudez
de tu cuerpo excavado por mí
descubierto de la piedra que habita
te deseo en todas mis buenas noches.
Elevas mis dimensiones
fuera de los mapas, me haces
ciencia y magia multiplicando 1 por 1
hasta que al fin dio 2.
Un pliegue que adoro es aquel
que socava mis aburridas tardes
que nace en X y vuelve a Y
ahí, compañera, justo ahí.
Pero tus ojos, hace tiempo
que andan perdidos detrás
de mis cuencas, donde las miradas
nunca se oponen y siempre se encuentran.
Y yo no he de creer en más
que en tu punto y seguido
del ombligo, o en mi ateísmo
carnal en un hotel consumido.
Hoy que, por ejemplo, aún no he muerto
cuando el sueño es una vida extra
cuando mi corazón es rebobinado
por un boli BIC, mi prisa y tu mano
se desbordan en mi cuerpo, con la exactitud
del río, al igual que los labios
vuelven en cada estación
de tren y el deshielo por las caderas
que todo lo arrastra, que todo lo mueve
que todo lo besa, que todo lo puede .
miércoles, 31 de agosto de 2011
Las treinta penas y mi alegría.
Recuerdo mi sombra como crecía
en aquellos zapatos de la infancia
y como su insondable abismo
salpicaba parte a parte las aceras.
Recuerdo como las tartas de cera
de tanto esperar los aplausos
quedaron suicidadas en mi casa
sin soplos, ni risas de agosto.
Recuerdo a mi sonrisa flaca
encajarse en una cara tibia
en un rostro que tras los espejos
sólo proyectaba la nada.
Recuerdo esa tarde áspera
condensada en un cristal amenazante
heridas sobre mi piel
a punto de derramarse.
Recuerdo como era a los 4 años
el cristalino tallado en mis ojos
mentira esperanzada, que vio
formar palabras a su antojo.
Recuerdo mis argumentos
de cuento tras cuento
y la voz de mi madre
acercándome el sueño.
Recuerdo para mis treinta penas
una alegría desesperada
una piel grande, quebrada
de años encajados en mala gana.
Recuerdo para mis treinta penas
la revolución de la belleza
éxitos, fracasos tuve para rato...
pero tampoco adquiriré tintes dramáticos
tan perjudicial no es cumplir 30 años.
martes, 14 de junio de 2011
Sembrando las cuatro monedas
Aquella tarde entre la estación y la Luna, los raíles parecían víctimas inermes en tierra de nadie. Las mujeres se espaciaban de dos en dos en el apeadero, guardando el luto por su espacio perdido en el poder. A lo lejos, un escote se abre de piernas y caen sueños como chatarra incandescente formando un corro de escorias humano-minerales.
Así oigo la llega de mi final, estrépito visceral de una o varias malas digestiones, con los vagones hasta arriba y muy pocos macutos que reivindiquen el espacio que no he sabido ganarme en vida. Luego una señal incorpórea, melodiosa y timbrada me advierte que en la próxima frase he de bajarme donde se ha grabado el punto final de acero. Llego al final de mi boca-ovulario.
Acudo como esa palabra mal tildada a la tortura de la goma de borrar, a la limpieza de la mente como Platón sin Sócrates, a la implosión de mi castillo de Playmóvil como último baluarte de la decencia. Sólo el amor, escapa de la jauría apocalíptica, se retuerce entre las sogas que me llevan al paredón y escapa mutado en las cuerdas sanguinolentas que sostienen esta fragilidad.
Cuerdas que sostuvieron las galletas mordidas que sólo caían en aquellos labios que más enamorados parecieran estar. Los demás nos fuimos con Pinocho, el zorro y el gato a sembrar las cuatro monedas en el monte de los milagros.
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