El fuego cuando se apaga dice adiós. El ojo cuando se cierra dice adiós. La marca cuando desaparece dice adiós. Los sueños cuando se evaporan dicen adiós. La magia, cuando se descubre todo, dice adiós.
Los vasos y la mano tonta cuando se encuentran dicen adiós. Los útiles de escritura para horadar las servilletas, sin latidos en los que apoyarse, dicen adiós. Los libros sin marca páginas se desmemorian y dicen adiós.
Los cafés sin tiempo dicen adiós. El frío bajo las faldas dice adiós. Cuando se desviste una piel la paciencia dice adiós. Cuando se hace el amor lo fútil dice adiós. Cuando se cierra una puerta la oportunidad dice adiós. Cuando se dice adiós se ha de decir adiós.
Las calles bajan tranquilas y los pasos dicen adiós. Los bolsillos carecen de seguridad y las monedas dicen adiós. Los billetes y un cuadro en las retinas del que se despide siempre dicen adiós. Los dolores sin medicar al cabo del tiempo hacen decir adiós. Los árboles cada otoño proponen un expediente de regulación de empleo a sus hojas burocráticas y les dicen adiós.
La vida cuando es andaluza y mortalmente vivida dice siempre adiós.
Los vasos y la mano tonta cuando se encuentran dicen adiós. Los útiles de escritura para horadar las servilletas, sin latidos en los que apoyarse, dicen adiós. Los libros sin marca páginas se desmemorian y dicen adiós.
Los cafés sin tiempo dicen adiós. El frío bajo las faldas dice adiós. Cuando se desviste una piel la paciencia dice adiós. Cuando se hace el amor lo fútil dice adiós. Cuando se cierra una puerta la oportunidad dice adiós. Cuando se dice adiós se ha de decir adiós.
Las calles bajan tranquilas y los pasos dicen adiós. Los bolsillos carecen de seguridad y las monedas dicen adiós. Los billetes y un cuadro en las retinas del que se despide siempre dicen adiós. Los dolores sin medicar al cabo del tiempo hacen decir adiós. Los árboles cada otoño proponen un expediente de regulación de empleo a sus hojas burocráticas y les dicen adiós.
La vida cuando es andaluza y mortalmente vivida dice siempre adiós.
2 comentarios:
Hola Fran! soy Ana de tu clase de la uni!! Es la primera entrada de tu blog que te leo y es preciosa!! ^^ aunque a mi no me guste nada decir Adios, despedirme me cuesta mucho prefiero un hasta luego o hasta pronto pero si que hay ocasioes que no te queda más remedio que decir adios =)
Un besito!!
Hola Ana, muchas gracias por tu comentario.
El adiós forma parte inseparable de nosotros pero a veces es tan autónomo que ni siquiera podemos decidir cuándo utilizarlo. En ocasiones sólo llega y nosotros... después de él.
Un saludo.
Publicar un comentario