La calle inundada de los vapores de una lluvia que aparece bajo nuestros pies, es la señal para la huida de huellas que avanzan por la miseria despacio, como una almohada que se asienta, y si alguna vez echaste de menos unos zapatos que caminen delante de ti, mostrándote las migas de pan, hoy verás un par que juegan al despiste con el ingeniero del camino de las baldosas amarillas. Sí. Dorothy a estas alturas debe de estar en una zanja repintando los gusanos sus zapatitos de charol.
El lamento de esa lengua de agua que alimenta tus vellos bellos, que los hacen crecer encima de tus orejas, hoy son la guarida de tus impulsos asesinos, de esos que matan el tiempo a base de sentencias injustas. Nunca te oiré bajar las calles como fuentes sentada en una cama como en la película "La Bruja Novata". No eres especial. Para mí no eres más especial que esas gotas que fusilan los baldosines un día como hoy.
Sin embargo tu coño es una inmensa catarata, mujer universal, y siempre he temido que un día me reclamaras para tu útero, y yo no pudiera hacer nada por evitarlo. Por eso he cegado mis ojos, por eso cada entrega es condicionada, por eso no sé hacerte el amor cuando nos bañamos en sangre. Por eso tu piel brilla tersa, inmaculada, erizada, explotada de tanto hacer la gilipollas.
Mujer universal, eres tan triste como una peonza sin cuerda, como unos ojos que nunca han visto despertar a los míos. Sólo tú, quien no ha visto aún mi cuerpo desfallecer a tu lado, pierdes el tiempo, y el tiempo es algo que se escapó del reloj de arena fascista.
(Escrito en 3 minutos y 20 segundos de irracionalidad dictada)
El lamento de esa lengua de agua que alimenta tus vellos bellos, que los hacen crecer encima de tus orejas, hoy son la guarida de tus impulsos asesinos, de esos que matan el tiempo a base de sentencias injustas. Nunca te oiré bajar las calles como fuentes sentada en una cama como en la película "La Bruja Novata". No eres especial. Para mí no eres más especial que esas gotas que fusilan los baldosines un día como hoy.
Sin embargo tu coño es una inmensa catarata, mujer universal, y siempre he temido que un día me reclamaras para tu útero, y yo no pudiera hacer nada por evitarlo. Por eso he cegado mis ojos, por eso cada entrega es condicionada, por eso no sé hacerte el amor cuando nos bañamos en sangre. Por eso tu piel brilla tersa, inmaculada, erizada, explotada de tanto hacer la gilipollas.
Mujer universal, eres tan triste como una peonza sin cuerda, como unos ojos que nunca han visto despertar a los míos. Sólo tú, quien no ha visto aún mi cuerpo desfallecer a tu lado, pierdes el tiempo, y el tiempo es algo que se escapó del reloj de arena fascista.
(Escrito en 3 minutos y 20 segundos de irracionalidad dictada)
1 comentario:
tremendo. Incisivo hasta ser punzante, inquietante quizá por el automatismo. Como pasearse delante de un cuadro en un importante museo (de los que huyo por sincera ignorancia)me ha dejado pensando...
Fdo.: Limitación del Esfuerzo Terapeútico.
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