Odio las cosas que nunca acaban de tener forma ni nombre.
Odio cuando el amor se convierte en el Dios de los boomeranes.
Odio esas historias que comienzan por "conocí a un tipo como tú que..."
Odio tu cuerpo cuando se queda en la casa de tu novio.
Odio que mi mano derecha no reconozca a la izquierda.
Odio que saques tus entrañas para demostrarme que tu sangre se detuvo un día de agosto.
Odio los silencios que sólo esconden el miedo a las palabras.
Odio los premios que hacen crecer los egos más insoportables.
Odio que la paciencia tenga que acostarse con tu deseo cuando le amenazas con la soledad.
Odio que mis palabras me sobrevivan.
Odio que en las chabolas un espejo sólo sirva para perpetuar la podredumbre de un mundo convexo.
Odio que las palabras se las lleve el aliento de boca en boca.
Odio que la vida se convierta en una moda duradera.
Odio que la muerte se vista de monja y se pasee de puerta en puerta lastimando un sacrificio por amor de Dios.
Odio el culto a los muertos vivientes. "Y Jesús al tercer día resucitó de entre los muertos" o bien "Lázaro, levántate y anda" etc.
Odio que tu sexo sepa a pasado.
Odio que mi lógico-imperio azteca no sepa someter los reductos de mi cuerpo.
Odio que un racimo de uvas por una conversión al mercado de valores se conviertan en bombas de racimo.
Odio que las alpargatas sean fruto del expolio de los ataudes de los costaleros ortodoxos.
Odio que mis frases no se autocensuren y tenga que ser yo siempre el malo de esta película.
Odiomolestarteconestegazpachodepalabrasperomientrasloleiasteherobadounputopensamiento.
4 comentarios:
Así me gusta, que no te cortes en declarar tus odios, en este mundo en el que está tan mal visto decir que odias algo. Comparto algunos de tus odios...
Escribes muy bien.
Muchas gracias Selene, comparto contigo que hay que callar los odios, forman parte de nosotros mismos.
Me encantaría saber cuáles compartes, ¿te animas?
Un fuerte abrazo.
¿hasta donde los odios son atracciones sin la fuerza suficiente para unirse al cuerpo y la mente?
Solo hay una cosa mas dulce que el amor... y es el odio, hay q ir renovando los odios y hechando a la papelera de reciclaje aquellos que ya no valen, para no hacernos viejos irremediablemente...
Maravillosa la entrada, Un beso. Te leo.
Tu número de odios es el justo para poder identificarse con ellos. Si yo hiciera inventario de los míos, dibujaría el más fiel de mis retratos (y miedo me da). Supongo que los "amores" dicen menos de un@ mism@.....
Fdo.: Limitación del Esfuerzo Terapeútico
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