Yo salí un día con mi piel pintada, y detrás de mí, lo hicieron miles de hombres y mujeres sin más pintura que la que yo iba derramando.
Yo salí un día con miles de hombres y mujeres que iban derramando sus pinturas a lo largo de una calle.
Yo salí un día con una calle regada con la pintura de miles de hombres y mujeres que derramaban su humanidad a lo largo de una ilusión.
Yo salí un día con una ilusión de creer que miles de hombres y mujeres pintados de calles se derramaban a lo largo de una humanidad.
Yo me tuve que avergonzar de una calle con colores de una humanidad que pinta muy poco y que derrama cada día todas las ilusiones vanas.
"Yo acabo cada noche despierto entre sudores fríos por las visiones socialmente inaceptables que me está produciendo mi cordura"
1 comentario:
Las telas estigmatizadas, clamando normalidad, salieron sin más ánimo que el de justificar ansias de calurosa celebración por que sí, porque las excusas debidamente justificadas son tan válidas como las verdades supremas.
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