Advertencia para cualquier lector-reflector humano

La poesía no puede ser tu piedra angular
la poesía no podrá ser siquiera un poco de arena
la poesía quema o destruye la sangre cauta
la corrompida sangre la vuelve tinta
pintando con nuestra vida las hojas en blanco.
Por eso el miedo acecha mi cuerpo,
por eso mi teclado es la espada de Damocles
Así concibo los labios definitivos y rosas
de mis manos, de las caricias como espadas.
Así, brevemente, Reflector Humano
oía como me dictabas un deseo.

Bienvenida/o

denguecortos@hotmail.com

martes, 18 de septiembre de 2007

Cuadro Cosido

En las casas vacías, hay espacios que se mantienen con el polvo acumulado, atrapados hace tiempo, en el último golpe de cerradura. Pero quedan otros lugares de las mismas, con menos polvo, donde parece que algo fue arrastrado no hace mucho tiempo. Pero, ¿qué? He visto el rastro de uñas en el polvo de la mesa, alrededor de las fotos familiares. Y gotas en el suelo, sí, era llanto despechado
"Los cerrojos sólo encierran el pasado" me decía la viuda de un amigo, pero ¿y cuándo el pasado está más presente que nunca? Es imposible detenerlo, te rodea, te asfixia, y te acecha, día y noche, en la soledad de tus pensamientos o en la quietud de tu casa.
Desde que murió mi madre, subí los cuadros de los santos a la habitación de arriba, porque me aterraba las miradas perdidas de aquellas figuras. Algunas veces, varios ruidos se metían en mi sueño, alterándolo.
Mediodía. El griterío propio de los niños se apagó. Salí a la calle aquel viernes de silencio, ni un alma. Bajé El Sol, ..y nada. Probé por el callejón de la salida.. y nada. Todo estaba en calma. Pasos, pasos que venían en tromba,...corriendo,....miré allá y....nada. Nadie. El pájaro del nido, ....me calmé. Pasos, pasos, pasos, agigantados, terribles pasos, insaciables carreras. Golpe en una pared. Tiemblo. En la torre no suena la carrañaca. Estoy esperando ver mi propia muerte, la siento y...otra vez la nada. Salgo corriendo la calle abajo, y los pasos como una ola que despide inquietud, se desparraman en el monte, creando gritos, a la vez que los calla, ¿qué señal es esa?
Casa de la viuda. Llego y no dice nada, no quiere nada, no mira nada, sólo la nada. El tejado susurra:"..perdónanos...Santo Cristo...tendrá que pagar... ¡Plaf! Un boquete en el techo de la habitación...... algo ha caído a plomo. Unos marcos astillados y los lienzos de mi madre, se extienden sobre el suelo, hechos pedazos. No quiero verlo, busco la mirada de la viuda amiga,.....sus ojos son falsos, se descubre el velo y me habla a gritos..... .......¿madre?, .........reprochándome violentamente todo.
Cuando desperté, un velo negro cubría mi cara,quizás no quiso la viuda, en su último esfuerzo, que viera como aquellos trocitos se habían unido de nuevo, ahogándola entre sus hilos, en un cuadro recién pintado.
Diciembre, 2005

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