Advertencia para cualquier lector-reflector humano

La poesía no puede ser tu piedra angular
la poesía no podrá ser siquiera un poco de arena
la poesía quema o destruye la sangre cauta
la corrompida sangre la vuelve tinta
pintando con nuestra vida las hojas en blanco.
Por eso el miedo acecha mi cuerpo,
por eso mi teclado es la espada de Damocles
Así concibo los labios definitivos y rosas
de mis manos, de las caricias como espadas.
Así, brevemente, Reflector Humano
oía como me dictabas un deseo.

Bienvenida/o

denguecortos@hotmail.com

miércoles, 19 de septiembre de 2007

El amor o el Síndrome de Diógenes

Atormentado sueño camina aplastado,
asfixiando basuras o besos antiquísimos
vidas entre desalojos,
entre huidas,
entre la niebla de los mataderos.

Y tú dirás: “¿Soy acaso una sombra?”
Te gritaré las manos huérfanas,
inyectadas en mí tus venas del silencio
seré cada vez más olvido.

A veces, sólo a veces, un brillo.
El tuyo, te hace insoportable.
Arden los elementos,
acuden a ráfagas las llamas asustadas,
piden más, oxigenan más, calcinan más.

Acopias uno, dos, tres mil difuntos
la explicación se atrasa en la manecilla
del tic del hola, del tac grave del adiós.
Torpemente el desliz sobrevuela tu cabeza,
caes en él, trampa maldita, y ríes, luego, ríes llorando.


Ciudad hipnotizada por cobrizos ojos.
El tahúr se juega todo este mundo:
Pequeñas gotas y sus cabellos fríos.
Me absorben en tu cama, espiral de hielo,
las líneas carnales e inertes, desparramadas.

Entre los puños de arena, hundidos en tu pecho,
quise arrancarme la vida.
Derribar los tres soles:
La mañana, la tarde, y el oscuro, estelado mediodía.
Así los tiempos galopantes se detienen,
¡no! ¡Que no! ...y vuelven sin permiso.

El despertador programado
al cincuenta por ciento
sólo me revivió dejándote allí,
sin latidos de la media tarde, cristalizada.

Te lamento bailando de miedo
arrastrando 365 condenas exactas,
de esta enfermedad o amor.
El descompuesto Yo. Yo, el insalubre.
Tus golpes, mi culpabilidad de mierda,...
Ahí, ahí está tu cuerpo en amor morado por mí.


Marzo, 2007.

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