Advertencia para cualquier lector-reflector humano
la poesía no podrá ser siquiera un poco de arena
la poesía quema o destruye la sangre cauta
la corrompida sangre la vuelve tinta
pintando con nuestra vida las hojas en blanco.
Por eso el miedo acecha mi cuerpo,
por eso mi teclado es la espada de Damocles
Así concibo los labios definitivos y rosas
de mis manos, de las caricias como espadas.
Así, brevemente, Reflector Humano
oía como me dictabas un deseo.
Bienvenida/o
denguecortos@hotmail.com
domingo, 18 de diciembre de 2011
Nueva y tranquilidad (juegos del taller de poesía de una Noche en verde)
esa que no marcan
los relojes del sistema
manecillas enterradas
sin minutos, sólo son la nada.
Las manos que encierran
una idea de esperanza
tranquilidad solapada
de una revolución en marcha
compañeros, compañeras
de la madrugada.
viernes, 16 de diciembre de 2011
Deshielo
al igual que ese repetitivo tic
que acaba por molestar
a mi reflejo en el cristal de tu casa.
Una corteza sin savia,
sin sabio que lo desentuerte
oculta mi desvelo naciente
siempre desde oriente.
Y porque creo en la desnudez
de tu cuerpo excavado por mí
descubierto de la piedra que habita
te deseo en todas mis buenas noches.
Elevas mis dimensiones
fuera de los mapas, me haces
ciencia y magia multiplicando 1 por 1
hasta que al fin dio 2.
Un pliegue que adoro es aquel
que socava mis aburridas tardes
que nace en X y vuelve a Y
ahí, compañera, justo ahí.
Pero tus ojos, hace tiempo
que andan perdidos detrás
de mis cuencas, donde las miradas
nunca se oponen y siempre se encuentran.
Y yo no he de creer en más
que en tu punto y seguido
del ombligo, o en mi ateísmo
carnal en un hotel consumido.
Hoy que, por ejemplo, aún no he muerto
cuando el sueño es una vida extra
cuando mi corazón es rebobinado
por un boli BIC, mi prisa y tu mano
se desbordan en mi cuerpo, con la exactitud
del río, al igual que los labios
vuelven en cada estación
de tren y el deshielo por las caderas
que todo lo arrastra, que todo lo mueve
que todo lo besa, que todo lo puede .
miércoles, 31 de agosto de 2011
Las treinta penas y mi alegría.
Recuerdo mi sombra como crecía
en aquellos zapatos de la infancia
y como su insondable abismo
salpicaba parte a parte las aceras.
Recuerdo como las tartas de cera
de tanto esperar los aplausos
quedaron suicidadas en mi casa
sin soplos, ni risas de agosto.
Recuerdo a mi sonrisa flaca
encajarse en una cara tibia
en un rostro que tras los espejos
sólo proyectaba la nada.
Recuerdo esa tarde áspera
condensada en un cristal amenazante
heridas sobre mi piel
a punto de derramarse.
Recuerdo como era a los 4 años
el cristalino tallado en mis ojos
mentira esperanzada, que vio
formar palabras a su antojo.
Recuerdo mis argumentos
de cuento tras cuento
y la voz de mi madre
acercándome el sueño.
Recuerdo para mis treinta penas
una alegría desesperada
una piel grande, quebrada
de años encajados en mala gana.
Recuerdo para mis treinta penas
la revolución de la belleza
éxitos, fracasos tuve para rato...
pero tampoco adquiriré tintes dramáticos
tan perjudicial no es cumplir 30 años.
martes, 14 de junio de 2011
Sembrando las cuatro monedas
Así oigo la llega de mi final, estrépito visceral de una o varias malas digestiones, con los vagones hasta arriba y muy pocos macutos que reivindiquen el espacio que no he sabido ganarme en vida. Luego una señal incorpórea, melodiosa y timbrada me advierte que en la próxima frase he de bajarme donde se ha grabado el punto final de acero. Llego al final de mi boca-ovulario.
Acudo como esa palabra mal tildada a la tortura de la goma de borrar, a la limpieza de la mente como Platón sin Sócrates, a la implosión de mi castillo de Playmóvil como último baluarte de la decencia. Sólo el amor, escapa de la jauría apocalíptica, se retuerce entre las sogas que me llevan al paredón y escapa mutado en las cuerdas sanguinolentas que sostienen esta fragilidad.
Cuerdas que sostuvieron las galletas mordidas que sólo caían en aquellos labios que más enamorados parecieran estar. Los demás nos fuimos con Pinocho, el zorro y el gato a sembrar las cuatro monedas en el monte de los milagros.
martes, 18 de enero de 2011
Obituarios
jueves, 13 de enero de 2011
Denguefrases VII
LISTADO DE DENGUEFRASES
La crisis económica es una operación matemática donde quien dijo aquello de "llevarse una" al final cumplió con su amenaza.
domingo, 12 de diciembre de 2010
La sombra chinesca que me sustituye en las escenas peligrosas

La sombra chinesca desaparece
cuando el océano rompe toda delicadeza
toda imaginación, toda esperanza
como la resaca de esta mar de garrafón
Porque orientar el Oriente no es tarea fácil
porque debí poner las velas al revés
patera sin identidad
voy camino del fin del mundo
Si salto a tu habitación reclamando
que hoy no es buen día para tu soga
créeme que hay luces que ahogan más
créeme que el aire está en peligro de extinción
Si me diluyo, como la saliva en tu sexo
es porque siempre fui toda tú,
mujer ciega (i)rreversible
martes, 23 de noviembre de 2010
Mi niño, yo y mis usb´s
He pensado en divorciarme de ciertas partes de mi cuerpo que fueron unidas a mi esperanza con el pegamento que mis padres donaron a la eternidad un día que llovió y cuyo frío hizo juntar sus cuerpos.
He pensado en divorciarme de ciertas partes de mi cuerpo que hacen sombras a las letras que componen mi nombre en un día soleado mientras un eclipse cae como una tilde y fragmenta mi realidad cada dos por tres, mientras mi niño burlón responde: "seis".
jueves, 4 de noviembre de 2010
La noche que me atracó Mr. Hyde
sábado, 25 de septiembre de 2010
Franfacebook, el punto limpio y el mundo bicolor.
Mi retroalimentación no tiene toma de tierra, sólo mis pies en el suelo me hacen vivir el efecto placebo.
Tuve dos minutos para que el amor se consumiera como una colilla mal apagada. Agónico que ahoga, que se va y vuelve como una calada que enamora, que muere y sigue resucitando como si no tuviera nada mejor que hacer. Así es el amor que se pierde y se encuentra, una espiral sulfúrica y despistada en una mina a corazón abierto.
Permíteme, permítete un encuentro fortuito donde se pongan las palabras en las manos y los besos en las bocas.
Recuerdo ese papel con los ojos entornados y mi boli a punto de proporcionarle la raya que necesitaba para seguir trabajando hasta las 00.
El espejo-himen-amor fue destrozado por un percusionista ciego rasgando el marco que lo envolvía. Aquella suave y urticante piel quedó contenida en una hornacina que a modo de caja de Pandora, evitó las reacciones alérgicas "subcretinas" o desamor.