Advertencia para cualquier lector-reflector humano

La poesía no puede ser tu piedra angular
la poesía no podrá ser siquiera un poco de arena
la poesía quema o destruye la sangre cauta
la corrompida sangre la vuelve tinta
pintando con nuestra vida las hojas en blanco.
Por eso el miedo acecha mi cuerpo,
por eso mi teclado es la espada de Damocles
Así concibo los labios definitivos y rosas
de mis manos, de las caricias como espadas.
Así, brevemente, Reflector Humano
oía como me dictabas un deseo.

Bienvenida/o

denguecortos@hotmail.com

jueves, 25 de octubre de 2012

Agonía-afonía

En la noche de los mudos
palabras vienen bajo cuerda,
las mías de guitarra rota,
no suenan, solo lamentan.

En la noche de los mudos
las voces se atormentan
entre silencios impuestos
de miserias, de entretelas.

En cualquier noche muda
mis penas se arrecian
con tu voz prestada
con mi amor en vela.

En esta noche muda
mis letras son amenas
son lápices vírgenes
son hímenes sin condena.

En esta noche muda
hablar sin bajeza
solo se consigue
callando la torpeza.

En mi noche muda
mi voz sin Luna llena
me arranca de la tumba
las flores que nadie lleva.

sábado, 20 de octubre de 2012

Veinte frecuencias y un bostezo desesperado.

Frecuento esas tardes lluviosas que nunca terminan de inundar los pluviómetros.

Frecuento esas pizarras que amenazan con el derecho de admisión.

Frecuento las calles que han perdido su nombre y han ganado universalidad.

Frecuento el año 1986 y juego al escondite con el dolor imborrable.

Frecuento las lágrimas que dejaste como migas de pan sin peces multiplicados.

Frecuento a tu novia que nunca dejó de nombrarme en sus sueños.

Frecuento los quirófanos, los cementerios, los juzgados y los divorcios.

Frecuento la Esperanza que hoy quedó sin clientes tras la última redada política.

Frecuento esas noches sin Luna que surgen tras dar tu espalda al mundo.

Frecuento esa hoja que cae sin tinta, sin escritor, sin novela, sin rumbo.

Frecuento las sacristías donde se alojan los guionistas de los ilusos.

Frecuento las botellas medio vacías donde puedo hacer pie sin emborracharme.

Frecuento el hotel donde un tipo cualquiera y tú, os encontrasteis conmigo.

Frecuento los túneles del metro antes que el primer suicida se me adelante.

Frecuento aquellos países que permiten visitar aquello que se pierde en el espejo retrovisor.

Frecuento los mecanismos del lenguaje, su engranaje, tu saliva y tus labios.

Frecuento los colegios no ajustados al marco legal imperante.

Frecuento el hormiguero épico de una obrera que robó un millón de pipas en casa de la reina.

Frecuento la insania los martes y jueves de 3 a 6 sin cita previa.

Frecuento mi amor cuando es ilegal, cuando solo tú y yo nos amamos.

Bostezo cuando mis poemas se entretienen con las musarañas y vuelven menos de los que entraron a por tabaco en aquel club de exhibicionistas de la palabra o Real Academia de la Lengua.