Advertencia para cualquier lector-reflector humano

La poesía no puede ser tu piedra angular
la poesía no podrá ser siquiera un poco de arena
la poesía quema o destruye la sangre cauta
la corrompida sangre la vuelve tinta
pintando con nuestra vida las hojas en blanco.
Por eso el miedo acecha mi cuerpo,
por eso mi teclado es la espada de Damocles
Así concibo los labios definitivos y rosas
de mis manos, de las caricias como espadas.
Así, brevemente, Reflector Humano
oía como me dictabas un deseo.

Bienvenida/o

denguecortos@hotmail.com

domingo, 30 de septiembre de 2007

Denguefrases II

Estimados reflectores humanos, dejo a vuestra disposición la segunda lista de denguefrases, por si queréis dejar algún comentario de las que más os llamen la atención:
Las Denguefrases, las podíamos definir como:
"Aquellas imágenes automáticas o reflexivas, tanto realistas como superrealistas, concordes o contradictorias, sobre las relaciones posibles e imposibles de los significados entre sí de las palabras. Al abarcar infinitas combinaciones posibles, se produce un híbrido o metáfora paradójica, hiperbólica, como resultado del despliegue de niveles o planos del lenguaje.
Obsérvense las influencias de las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna y la aplicación del método paranoico-crítico daliniano."

LISTADO DE DENGUEFRASES

Sonreí al pensar en un máquina que por una cantidad módica te susurrara “Su fe-li-ci-dad. Gra-cias.”

Al octavo día -pasaje que el escritor de la Biblia obvió- Dios miró a la tierra y la vió toda imperfecta, Adán y Eva pecadores, especies no tan excelentes, con sus aguas super heladas, con tormentas apocalípticas y viendo que todo se le iba de las manos, dijo: "Que os den por culo a todos." Y así obedecieron los humanos inventando el sexo anal.

Es una fantasía, no lo dudes, cuando suena la alarma, no hace ruido, sólo reverberan estrepitosamente nuestros miedos.


Rezaste una oración y al encontrarse el Sujeto elíptico, llegaste al predicado siendo ateo.

El abanico es el intento humano de respirar más allá de sí mismo.


Los abanicos crean una ilusión o autosatisfacción para la soledad. La del soplo suave en la nuca.


La ropa debió inventarse sólo para quitarla.

Las palabras que más me gustan todavía no están inventadas.


En los pasos de cebra tocan los coches las teclas de la Sinfonía al Caos.


Hay ojos que al cerrarse, cierran el mundo.


A-normal, a-temporal, ...por eso cuando quiero no querer grito a-mor.


Las gorras guardan el misterio de si debajo de ellas habrá algo que merezca ser ocultado.


La ropa de temporada que tenemos guardada es una cárcel injusta para nuestra piel cuadriplicada.


“Umm, no sé si por coger un pedacito...”, dijo un antropófago mirándose al espejo.


Los documentos amarillentos que revuelan en tu oficina, son ánimas pidiendo un entierro digno.


Me siento Darwin, por la calle he encontrado una nueva especie que domina el planeta, son los "humonos".


Los funcionarios son personas en pena a las que se les niega la extrema-unción.


Todos somos padres o madres de una sombra que vuelve a casa cuando quiere.


Las gafas de sol convierten a los voyeur en monstruos invisibles.


Aquel mapamundi nos hizo ver el espacio tan limitado que tenemos para huir de nosotros mismos.


A veces, sólo a veces...a veces solo...solo a veces...a veces solo... a veces.


Los fallos son clavos que ponen en situaciones necesariamente caóticas todo nuestro engranaje.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

¿Qué es considerado humano y qué no lo es?

Querid@s reflectores humanos, me gustaría plantearos una cuestión que me ha martilleado durante la tarde de hoy. Me gustaría que intentáramos llegar a una solución. Os animo a dejar algún comentario.
Todo viene a raíz de ver en el metro a una persona gritando porque estaba sufriendo un ataque de histeria nerviosa a causa de la cantidad de gente que nos aglomerábamos.
El planteamiento es como sigue:
Si el ser humano es un animal sociable por definición, aunque todos conocemos el caso del niño salvaje, si este ser humano tiene un trastorno de agorafobia (terror a los espacios abiertos) y deriva en un claro caso de autismo, se ensimisma, ¿este ser resultante puede seguir llamándose humano? No demos nada por sentado, centrémonos en la hipótesis inicial.
¿El factor externo lo es todo? ¿Las personas que no pueden relacionarse por estar toda una vida convalecientes, pueden seguir llamándose sociables- una de las características fundamentales de nuestra especie- y por ende, humanos?
¿Todo depende de la voluntad? Por ejemplo, ¿si estas personas que no pueden "ejercer" su humanidad por variopintas circunstancias (mentales, físicas, factores sociales como la pobreza, factores geográficos como ser el último habitante de un región desierta, etc), y sólo pueden desearla y si "desean" ser humanas, ese "deseo" por el mero hecho de sentirlo ya es suficiente para que le concedamos esa cualidad de nuestra especie?

Si recordamos la película del hombre Bicentenario donde Andru (Robin Williams) deseaba ser humano y se comportaba como tal, por lo que se diferenciaba por ejemplo de un androide que hiciera exactamente las mismas funciones, en su necesidad de ser humano, ¿por el sólo "deseo" de conseguirlo ya lo hacía merecedor? ¿Por la sola circunstancia de no desarrollarlo nos puede ser negada esa palabra, "humano"?


Sírvanse por favor.

martes, 25 de septiembre de 2007

Plano del superviviente

...ojalá hubiera caído

ojalá

abierto el minúsculo cataclismo

Y te sigo

te sigo aún sin manos

DESAFÍO

Una mirada
azules cuadrados

URBANISMO

Sueño del amor aceitunado
acacias chorreantes

dulce, del dulcísimo amargor
se prueba, se esfuma, se RIE, SE RIE

Medallones de sus pechos
amparadme, s u s p e n d e d m e

El frío es noche, y te quiero
Sólo te quiero noche
cubierta iluminada, vaporosa

Despertaría ahora mismo
gritando, vomitando, follando
al odio que se ha ido.

La carta perdida a Aute

El amor puede ser más que una canción o sólo el fondo por el que se precipita algún deseo inerte, o beso cálido en el segundo del calderón más infinitesimal o caricia perdida.
Me lloviste Aute, hasta lo insoportable y si he podido reptar por tus voces de altibajos o tus frases cataclísmicas, ha sido únicamente porque el agua en mi cuello ha retrocedido oscuramente hacia la extinción de mis mejores sonrisas.
Es cierto lo oculto, lo taciturno de dos camas vacías, tanto como la feminidad que grabaste en un sueño, ¿o era un cuadro descatalogado? Sé que sabes quién es ella, confirmado queda en las ocasiones cuando habitaste este rincón de los sexos incompletos, con el borde de mi cama a punto de catapultarse hacia el abismo del eco insondable.
Consumo las bocanadas de palabras que me van colapsando en el Azul, y apenas consigo, consigues aliviarme, sólo repito como la oración más inútil, el placebo hiperbólico, "todo es un error imperdonable."
Cada canción de desamor la he pasado adelante y atrás, por lo que no me has enseñado su significado...ves, no sé como afrontarlo y huyo. No te lo reprocho.
Has preferido verme con la arena entre los dedos de mi compañera que no me haya, ya plastificados, sólo por ese descuido, a plomo o a dolores, o a piedra caigo en los pentagramas lacerantes.
A ratos soy Maldoror, has oido bien, pum, plas, catapún. Con esta piel cosida, plagadísima de cintas de cassette de enjuague y libros de mi exitosa-desconocida-íntima literatura viajera.
Los únicos pasos que recuerdo haber dado continuamente fueron en el pestañeo o tic-tac que se detuvo para regresar envejecido ahora, cuando la conocí, sí a nuestra ínfima gota.
Luis Eduardo, cuando pensé que ya habíba sido zarandeado suficientemente, el ritmo me secuestra en los recuerdos de siete imágenes imprescindibles, todas ellas tatuadas en una servilleta y sólo una, de cafetería. Y entre el 6 y el 8, encuentro como nunca imaginé hacerlo, unos ojos cerrados que gritan "Ay del raquitismo sentimental", el todo igual, mi mano derecha levemente torcida en el bolsillo derecho, en mis labios un "quizás luego" y nuestros anhelos de la pared y espada, Aute, que tantas veces la compañera rebobinada observó por mí.
Ahora cuando tus canciones son clavos sodomizantes, te despierto, te grito hasta desfallecer en la inopia del mareo, mar, piedad, sábanas abisales.
Mi búsqueda me aguarda en el tren que viaja hasta otro cuerpo sin nombre. Quizás busque el descabello inclinándome de esta manera, o quizás sea yo el propio quizás inseguro.
No me reivindicaré como tu oyente número uno, esto se lo dejo a otros más profesionales, sé que he venido a cerciorarme, ahora que te tengo delante, por la irrenunciable curiosidad que cuido, si las palabras al crearlas son sólo artificios o tienen sangre, piel, huesos, abrazos huecos, por los que merecer una sonrisa cuando te estrecho mi pseudo-alma desaparecida, como el hueso romo de una uva pelada para un niño.

sábado, 22 de septiembre de 2007

La herida universal

He arrastrado la Luna a través de un cilindro, proyectándola donde quería. A su paso robé la noche para todos. En un hormiguero hice realidad una fantasía pueril, transformando a toda la colonia en minúsculos lobos aulladores a ratos, a ratos mudos.
Atrapada entre mis manos, la conduje a duras penas, el frágil reflejo estelado, al ombligo de la mujer yacente, regalándole el pirsin que siempre deseó.
De día, ya liberada, la observé, mujer impaciente, utilizando el silencio como señal de alarma sugirió mi regalo nocturno.
La llevé a la perdición. Tuve la sensación de haberle donado una herida universal e incurable.

Encuestas sobre el Sujeto H de P

  • ¿Es usted fruto de sí mismo? Sujeto H de P: Podrá usted constatar mi inmadurez en mis ojos aún verdes.

  • ¿Has escrito con 40 equilibristas agarrados a tu línea maestra argumental? Sujeto H de P: Sí, por no decir los desequilibristas que intentaban neutralizarlos.

  • ¿Ha canalizado usted algún odio ajeno? Sujeto H de P: Todas las cicatrices que usted no verá son el resultado del despecho y la simpatía.

  • ¿Se ha fusionado alguna vez con su propia sombra? Sujeto H de P: Sólo aquellas veces en el que ésta se ha sentido pisoteada.

  • ¿Ha sentido el agua inundando su huerto el día 2 de agosto de 2028? Sujeto H de P: Insisto que el agua es una repetición. Mi huerto al día de hoy es un preso que morirá por una inyección letal y fortuita de H2O.

  • ¿El amor es inercia? Sujeto H de P: De "pende" como se mueva.

  • ¿De dónde viene la palabra frialdad? Sujeto H de P: Supongo que de la persona que se tomó un océano helado en mitad de la nada de un desierto dentro de un reloj de arena.

  • ¿Acaso pintó sus ojos? Sujeto H de P: Las sombras agolpadas en los ojos sólo son golpes de un pintor nefasto.

  • ¿Cuántas veces ha respirado en el transcurso de esta pregunta? Sujeto H de P: Ninguna, puesto que no respiro, sólo violo la intimidad del aire.

  • ¿Le crea repugnancia las personas que montan en el metro? Sujeto H de P: Sí, de una manera enérgica. Es tan absurdo utilizar el metro para desplazarse como utilizar el litro para llegar volando a Fiji.

  • ¿Qué son los railes del metropolitano para usted? Sujeto H de P: Sólo el espinazo de un animal tan terrible que sólo podemos ver una parte bajo tierra.

  • ¿Y los carteles informativos? Sujeto H de P: Los prototipos silenciosos que dejarán a los presentadores en el paro.

  • ¿Ha sentido en sus pies el rigor de una muerte por humedad? Sujeto H de P: No. La humedad en mis pies me sirve para controlar los ríos externos que me hacen llorar.

  • ¿Cuántos dedos has contado la última vez que dormiste? Sujeto H de P: 15. Yo y esa mano que duerme más que yo.

  • ¿Ha visto usted alguna cueva por dentro? Sujeto H de P: Mi habitación conserva esa humedad, cada día resbalo entre los papeles y siento el frío de mis pobres bocetos prehistóricos.

¿Cómo mido mis distancias?

La estación de metro se encuentra exactamente a 37 pipas de mi casa. Tu sonrisa a 250 y tu coño a sólo 249. Mi espalda se encuentra ubicada a 37 pipas de tu sonrisa y a -57 de lo que le debo a mi tristeza.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Denguefrases I

Estimados reflectores humanos, dejo a vuestra disposición, por si queréis dejar algún comentario de las que más os llamen la atención, las siguientes Denguefrases, éstas las podíamos definir como:


"Aquellas imágenes automáticas o reflexivas, tanto realistas como superrealistas, concordes o contradictorias, sobre las relaciones posibles e imposibles de los significados entre sí de las palabras. Al abarcar infinitas combinaciones posibles, se produce un híbrido o metáfora paradójica, hiperbólica, como resultado del despliegue de niveles o planos del lenguaje.


Obsérvense las influencias de las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna y la aplicación del método paranoico-crítico daliniano."

LISTADO DE DENGUEFRASES

Probé el horror. Soñando se me olvidó un sueño que creí que era un recuerdo imborrable.

En el techo de una oficina se libra la feroz partida entre lámparas, aparatos de aire acondicionado y sistemas anti-incendio. Los peones dan a nuestras cabezas el jaque(ca) mate.

El Sol es la mantequilla con la que nos untamos los buenos días.

La verdad es que he mentido

La fluidez es la madre de todos los ríos del blanco sobre negro.

¡Su sombra le extrañó! Quedó su cuerpo olvidado e impreso debajo de la cama.

La ubicuidad manda recados al oportunismo.

Sentenció. Se sentó y venció.

Lo exponencial se codea en elevado con algún dios putrefacto.

La fantasía se diluye como el azúcar en la insipidez de la vida.

La secuoya magestuosa le dijo a la sombra "Estoy ciega. Me tapas mis (h)ojas."

Mi optimismo es la esperanza de besar una boca sin ser devorado.

La ausencia no es... La ausencia no... La ausencia... La... ...

Los puestos puestos o indispuestos sólo hacen apuestas entre lo expuesto o repuesto.

La huelga del corcho sólo trajo el colapso de los barrenderos de la oficina.

Las Foto/grafías foto/copiadas son como las ima/genes sin los genes.

¡Somos los menos y a la vez los más! Decían los ocupantes de los puestos del peloteo oficial.

Ni más ni menos. Ni.

"Puerta de Salida. Cerrada por obras". Y quedaron despeñados los aborregados en los escombros al lado del cartel indicativo, luminoso y acústico.

Los abrigos colgados son personas que se les olvidó el relleno.

El ex-tintor es un ex-alcohólico que bebía vinor.

Los cajetines del aire acondicionado están bajo llave. Es un crimen mantener secuestrado a Julio Maldonado.

Los pasillos sólo son el inicio de un gigantesco proyecto de un laberinto abandonado.

Caminas. Las luces de la ciudad es lo más parecido a estar en Marte sin haber pasado por la piedra...de la Nasa.

Acabemos una rima, le dijo el verso desesperado, a un poeta que le liaba entre tabaco y grifa.

Cuando competí en una carrera de saco de patatas, el saco ganó por dos moratones a uno.

Las cuentas congeladas donde moraba pingüe capital, se olvidaron de su pasado ártico.

El teléfono de información pública es un cordón umbilical de las desgracias ajenas.

La teoría de los vasos comunicantes se resume perfectamente cada 1 de enero a las 00 horas.

Deberían hacer una agenda sólo y exclusivamente para perderla.

Mi bufanda multicolor es el ahogo más delicioso de la mañana.

En la pizza rra sólo hay un menú del día, de leyes que producen indigestiones.

El agua embotellada es tan triste como una botella aguachinada.

La alopecia es la puñetera donación más altruista de toda la Humanidad.

Nunca hablé de mares tanto como aquella vez cuando se me llenó la boca...mientras me hundía.

La cordura dura más que la locura, exactamente una letra.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Lo que sólo ha de susurrarse

...antes del amor

En la profundidad de un día cualquiera, soledad
metálica e imperturbable;
sólo deseo
su fin, que me arruga la piel más clara;
torrenciales anhelos en venas huérfanas.

Si muero libertando mi sangre, derramándola
por no sé qué motivo...
por ejemplo por los olivos punzantes,
que al menos fuese de amor empapada,
la calle azul de esa ciudad oscura y fugaz.

Caricias perdidas siento golpearme.
Sus motivos...todos, hiriente cenital luz
-besana apasionada de surcos bocales- ciega
al igual que esos labios que me inhabilitan.

Sur
Viento inmarcesible
Semilla...
del frío duro que me corrompe mi ADN,
genéticamente remitido el sentimiento roto
a mis hijos improbables, con su plastificada piel.

Por todo esto, me vuelvo palabra borrada,
inconexa, a la espera de hipnotizar
el reloj súbito
de mi impaciencia, el que marca el latido
de mi vida que pasa con irónica crueldad.
Prematuramente siento azuzar la vejez
sobre mis pelillos erizados;
mirándome de reojo, cualquier descuido fatal.
Ese medio descolorido, habita entre confianzas
devenidas por el amor y el deshojar del sauce;
¡Sueño corporal!
Frontera de sal mortecina, en la tierra intocable.

...durante el amor

“Aquí yago entre mis labios
perforados por tus dientes.”
Epitafio que deseo para mi ser estremecido,
el temblor espasmódico.

¡Apura tu piel exiliada en mí, mujer antropófaga
de faz aterciopelada, recupera tu cordura sutil!
La calma de pliegues viene barruntando finales,
a la par que la saliva derramada, -nos indignamos-
por un repentino, sublime, trágico, final pueril.

...después del amor

Esta mortal prenda fue, es, será inútil sin mi pecho
y éste sin tus besos
y estos sin tu calor
y éste sin tu mirada,
y ésta sin tu vida,
y ésta sin nosotros, ...vacuidad de la boca callada.


Febrero, 2006

El amor o el Síndrome de Diógenes

Atormentado sueño camina aplastado,
asfixiando basuras o besos antiquísimos
vidas entre desalojos,
entre huidas,
entre la niebla de los mataderos.

Y tú dirás: “¿Soy acaso una sombra?”
Te gritaré las manos huérfanas,
inyectadas en mí tus venas del silencio
seré cada vez más olvido.

A veces, sólo a veces, un brillo.
El tuyo, te hace insoportable.
Arden los elementos,
acuden a ráfagas las llamas asustadas,
piden más, oxigenan más, calcinan más.

Acopias uno, dos, tres mil difuntos
la explicación se atrasa en la manecilla
del tic del hola, del tac grave del adiós.
Torpemente el desliz sobrevuela tu cabeza,
caes en él, trampa maldita, y ríes, luego, ríes llorando.


Ciudad hipnotizada por cobrizos ojos.
El tahúr se juega todo este mundo:
Pequeñas gotas y sus cabellos fríos.
Me absorben en tu cama, espiral de hielo,
las líneas carnales e inertes, desparramadas.

Entre los puños de arena, hundidos en tu pecho,
quise arrancarme la vida.
Derribar los tres soles:
La mañana, la tarde, y el oscuro, estelado mediodía.
Así los tiempos galopantes se detienen,
¡no! ¡Que no! ...y vuelven sin permiso.

El despertador programado
al cincuenta por ciento
sólo me revivió dejándote allí,
sin latidos de la media tarde, cristalizada.

Te lamento bailando de miedo
arrastrando 365 condenas exactas,
de esta enfermedad o amor.
El descompuesto Yo. Yo, el insalubre.
Tus golpes, mi culpabilidad de mierda,...
Ahí, ahí está tu cuerpo en amor morado por mí.


Marzo, 2007.

martes, 18 de septiembre de 2007

El dulce olvido

Fondo azul vaporoso. La noche comienza en el pueblo. Se acerca una monja que conduce un carrillo de mano calle abajo a toda velocidad, transportando un sólo limón y una pala. En cada casa, sobresaltados por el estrépito, se escucha como van atrancando las puertas con vehemencia. Los transeuntes se suben a la acera rápidamente, aterrorizados. Es una imagen espectral.
Secuencia 1. calle. ext./noche.
Monja
Con voz apagada, entrecortada y muy pausadamente.
Hay limones que aún no han sido exprimidos. Ya sólo uno me queda. ¿Quién me dará el próximo?
Un chico levanta la persiana y tira a la calle un limón que previamente le ha dado su madre. La monja agarra la pala y lo deposita en el carro. Sigue su marcha perdiéndose de vista al instante.
Secuencia 2. portal. int./noche.
Dos niños respiran agitadamente.
Niño 1
Cre...creo que mi madre aún no ha llegado a casa.
Niño 2
A mi padre hace días que no le veo, es que trabaja...La monja irrumpe bruscamente en el portal, llevándose a los niños -que quedan inconscientes por el pánico- a la sacristía de la ermita abandonada.
Secuencia 3. ermita. sacristia. int./noche.
La monja se toma su tiempo. Sus manos nerviosas indican un grado máximo de excitación. Cava una fosa y precipita a los niños aún vivos al hoyo. Partiendo en dos el limón y exprimiendo su jugo sobre los cuerpos de los chicos. Los sepulta. Se oye el eco de la última palada.
Monja
¡Tomad, tomad zumo y que os sea dulce la muerte!
Secuencia 4. ermita. ext./madrugada.
La monja coge el carrillo y la pala. Se dirige de nuevo al centro del pueblo. Va hablando en voz baja.
Monja
El limón es la anestesia de los niños abandonados. Ya en el pueblo. Susurrando ventana por ventana. Te estoy escuchando ¿Por qué no sales? ¿Mejor entro? ¿No quieres? Te amo, mi niño. Hasta mañana. Besitos.
Junio, 2006

Aradora Celíaca

Chssss...Yo digo que deberá haber silencio. Por favor, ¡que no haya más ruido que el suyo!. Oigo -antes sólo oíamos nuestras pieles- el ritmo del reloj de la mesita de noche, pálpito de un sueño inacabado, y siento, porque el tiempo en soledad es algo tristísimo, que debo parar todas las agujas rotatorias e injustas (tic-tac...¡pum!).
Una y otra vez amanece. Las sombras me dicen que el Sol es la mantequilla que utilizamos para comernos el día. Por eso he sido transformado en surcos de su vientre, en miles y miles de desmenuzados granos plastificados o besos del suspiro, hijos del labio infinito y la lengua exploradora. Y, aún así, necesito, como un encargo vital, poder sembrarme en sus ojos, como aquellos días que me susurraba y me abría las entrañas entrañablemente, degustando nuestros alientos, capturando las palabras o los dedos aventureros que quedaron pendientes antes de que las sábanas reptaran hasta nuestros cuellos impávidos.
¡No puedo llamar al amor sin su badajo transformado en gota! Por eso prometo que apedrearé la campana muda y blanda hasta que nos rompamos los tímpanos.
¡Oh, como extraño la única forma deliciosa y sutil de mantenerme callado; y la felicidad de unos ojos unidos como pelos enmarañados! La placidez la encuentran los niños en un helado que nosotros compartimos, y en la hierba que se cuela por cualquier rincón corporal, que traspasa la ropa. Mientras -absortos- contemplamos como la luz finísima se exilia, despidiendo a Deboth. El Sol sonrojado. Por fin hacemos precipitar la noche-calle-esquina-parada-beso-contorsionistas de la calle Atocha.
UNSUEÑOUNDIBUJOUNDIBUJOUNSUEÑO
La habitación nunca tuvo más sentido que la vez que encendió una vela y con una alpargatita en la mano perteneciente a “Mojadma Pulgarcito” me regaló: Un pasodoble en aquella plaza; la desorientación en el andén del Metro; una ducha convertida en piscina; a Dalí-Buñuel emocionados; inundaciones a raudales a causa de lo que conseguimos alcanzar, una y otra, y siempre, otra vez.
LUZ EN TINA*LUZ EN TINA*LUZ EN TINA
La vida es la silueta más infinita, la más sonriente e imperecedera voz azul. Hoy la he transformado en un silencio que espero que te llegue allá donde existas.
Mayo, 2006

¡Derrota! por fin

La
La casa OOO
La casa encendida OO OO
La casa encendida y OOO
La casa encendida y rosada
La casa encendida y rosada del
La casa encendida y rosada del limbo
La casa encendida y rosada del limbo crepuscular
La casa encendida y rosada del limbo crepuscular. Sola.
Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y Y
YYY Sola
YYYYY estás Sola
YYYYYY cuando estás Sola
YYYYYYY vienen cuando estás Sola
YYYYYYYY súbitas vienen cuando estás Sola
YYYYYYYYY contradicciones súbitas vienen cuando estás Sola
Ígneas contradicciones súbitas vienen cuando estás Sola

A veces morimos
sin querer, pidiendo perdón.
La lejanía de las olas vivas
que vuelven calmadas o tristes
como la garra de un monstruo invisible.
Fenómeno categórico,
enseñanza exactísima
de la sal azul.
Tu voz sin mar,
es sólo un encierro
I II III IV
V VI VII VIII
X X XI XII...
CORTALAMANOCORTALAMANOCORTALAMA
La luz de los puntos más alejados...la ridiculez manifiesta y la sombra perpetua de la decencia, se neutralizan entre si, al enfrentarse como en un combate de gallos en el Circo- de la rueda cuadrada, incorpórea, hiperbólica- de las Fobias del Mundo. Una vez vomité “Mingorrerismo atípico”, la frase que más vidas humanas ha salvado desde luego; los que se fueron sin ella, han vuelto cercenados por el espectro amorfo del aburrimiento. Catapún.
Abril, 2006

A ti...Mrs. Sexi

...Mrs. Sexi. Era más que una playa que brinda en la copa argárica de tus mañanas. A veces, se podía ver desde Ceuta, los montes abigarrados en cuyos senos se multiplicaba la nieve de lo perpetuable. Dos. Yo sólo quería ser dos. Y en un acto que secuestró mis ilusiones, aquella hoja que significaba el exilio voluntario hacia el Todo, me desdibujó como un boceto vacuo de mí. Elemento frágil y estulto. Tres. Las veces que derramé mi sangre de aquel bolígrafo sobre la arena en la playa oscura, que intentaba ser ella misma, cuyas lenguas marinas no dejaban de secuestrarle su identidad de conchas. El sustento sustancioso sustancial de toda aquella magnificencia mojada eran unos ojos, que fotografiaron ese instante, irrepetibles y más azules que la profundidad de la venda que nos cubre el mundo con su anestesia de siglos.
Ola, ¿qué tal ruedas sin la espuma?
Así camino en la umbría, reino de sombras heladas, apenas sin piernas pero elevado por sus caricias, en la dificultad de la estética idiota, simetría utópica que avientan las ideas en una hoguera que prende automática.
La rabia, sólo es incapacidad. Impaciencia de billetes para un viaje que se pierde día tras día, y que día tras día se acerca inexorablemente como aquella roca que amenaza con romper el mar y causar un agujero insepultable.
Mrs. Sexi, cuando vuelvas de tu angosto inframundo y te des cuenta que pudieron ser felices dos manos entrelazadas, morirás de nuevo, como el dolor que le sobreviene a un verbo al atizarle con la peor conjugación.
El amor de la mala fortuna se hizo un monumento entre las fábricas romanas de salazón, donde las heridas cicatrizan con celeridad y dolor. Y todo vuelve a tejerse cíclicamente por la negrura que musita la tierra yerma. Y nada empieza sin antes expirar de verdad. La imposibilidad de utilizar los términos medios, causaron el estancamiento del gris ciudad. Agolpándose, agazapándose con fruición en la estola aristoteliana del eclecticismo.
Porque yo no soy yo, sino un número indeterminado de rectificaciones, me ahogo, Mrs. Sexi. Pero mañana cuando tu mano deje mi escrito en paz, y las miradas se conviertan de nuevo en mi único tiempo, volveré a ese altar del cielo terreno, siguiendo su punzante inspiracion.
Marzo, 2006

Sin vuelta atrás

El significado del callejero es incierto. Hay calles que bajan hasta los pies de una cama. Cuyas farolas son nada más que candiles con los que se alumbran las penas de los que aún no se han visto. Frías, oscuras, donde la luz es víctima, a diario, de continuas emboscadas.
Las paredes de muros hirientes son rugosas como emociones petrificadas, momentos asombrosos que ya han pasado. Sí, esta minúscula línea de teléfono que recorre la calle, casi muda, con resignación, comunica este mundo de muertos con cierta vida al otro lado de tus sueños. Aquí nacieron las amenazas de los militares que se rebelaban, una y otra vez, contra los uniformes multicolores del pueblo en paz.
Aquí, las cabezas andantes y los cuerpos pensantes, se paseaban desnudos provocando las risas de los porteros automáticos. ¡Pollo con Coca-Cola! y de nuevo la degustación rota por el ruido de los “taper”, convirtiendo esta celebración en el inicio de una nueva pandemia. Sólo había ruidos que callaban a los vástagos. Por eso, pasando cerca de la plaza, se inundó de cuerpos sonrosados, inánimes, conformado un corsé sin botones. Y se mermaron, los asistentes a tal acto, al mismo ritmo que sonaban las cisternas. Había miradas frías en todos ellos, sólo bastó un golpe en sus entrañas para que no les dolieran nunca más los zapatos de esparto. Ahora descansaban bien asesinaditos.
Los niños carpinteros no daban a vasto, porque las maderas, que dudaban de su propia existencia, pasaban el mono buscando un mechero con el que quitarse la vida. Todo en aquella calle... de la fuente, que escupía su saliva de años, donde crecimos bajo el tapiz del árbol lloroso, del río divisor entre nuestra realidad de muñecos. Reímos sobre los pasos perdidos que pudieron ser palabras ocultas, convertidas hoy en números de teléfonos.
Experimentaciones imposibles, mascaradas, y la voluntad absoluta de negación. Pasaban frío, sed, desamor.
Bajé la calle como cada año bisiesto, y allí la encontré, mirando las cosas pequeñas, preguntando un por qué para cada todo, regocijándose de noche, la ocultación de las sombras. Su fosforescencia zigzagueaba....esa calle, la calle del adiós.
Febrero, 2006

Carreras

Recibí como única herencia mi apellido, que me recuerda la infame vida de mi padre, el carnicero de West. ¿Mi padre? Él fue ejecutado siguiendo la moda de la época, la horca. No empecé a saber de su vida hasta que mi abuela moribunda me confió su secreto. Me dio un diario, que escribió mi padre, con la letra borracha por el estado de excitación de aquello que ponía en estas hojas.
Miércoles 3 de noviembre. He seguido a Miguel hasta su campo, en las tierras altas, creo que me vio porque empezó a correr, y eso de que corran de mí,... me pone malo. No lo soporto. Maldito asqueroso, ¿por qué correría? Delante de su hija me pidió piedad. ¿Piedad? ¿Para él? No he tenido más remedio que ocuparme de la niña, con su sangre envenenada, nada bueno crecía en ella...
Viernes 5 de noviembre. Sigo enfadado con mi familia, me reprochan que me haya vuelto muy callado. ¡Dios, qué ganas tengo de mandar al cuerno a estos mierdas! Sólo el pequeño Ben se salvaría, él es un buen muchacho. Viernes 5 de noviembre y su madrugada. ¡Oh sí! ¡Oh sí! He visitado a Adolfo en su barbería y allí estaba la mujer de Miguel. ¡Qué guapa está de luto! Si lo llego a saber lo mato antes. Le doy el pésame. Por poco me meo de risa. Cerca de la plaza le exigí un beso, coño, el beso que me tuvo que dar antes. Pero la muy z... no quiso y, claro, mi navaja se encargó de convencerla. Se movió y se hincó hasta el hígado. La muy idiota. ¿Todo tiene que acabar así? Así acabará con su marido, criando malvas. La escupí.
Sábado 6 de noviembre. Ha estado la policía merodeando mi calle. Mi mujer me preguntó con insistencia sobre algunas manchas en la ropa. Parece que el pichón se me ha vuelto inteligente. Le he dado otra oportunidad. Mi hijo Ben ha estado todo el rato conmigo. Qué buen niño. Hoy lo voy a llevar conmigo.
Sábado 6 de noviembre y su madrugada. He salido con Ben a ver a los padres de Miguel. Llamé a su casa y saqué la escopeta. Ben quiso colaborar. ¡Vamos, chico!, le animé. Hizo un buen trabajo. Será igual que su padre.
Soy Ben, y siento que mi padre hiciera todo esto, señor juez, él era un asesino, yo sólo soy músico. ¿Cómo dice? ¿Que dónde están mis vecinos? En mi calle sólo vivían ojos que me acusaban y que corrían de mí, señor juez. ¡Malditos bastardos!... no soporto que corran, señor juez, que corran…
Enero, 2006

Cuadro Cosido

En las casas vacías, hay espacios que se mantienen con el polvo acumulado, atrapados hace tiempo, en el último golpe de cerradura. Pero quedan otros lugares de las mismas, con menos polvo, donde parece que algo fue arrastrado no hace mucho tiempo. Pero, ¿qué? He visto el rastro de uñas en el polvo de la mesa, alrededor de las fotos familiares. Y gotas en el suelo, sí, era llanto despechado
"Los cerrojos sólo encierran el pasado" me decía la viuda de un amigo, pero ¿y cuándo el pasado está más presente que nunca? Es imposible detenerlo, te rodea, te asfixia, y te acecha, día y noche, en la soledad de tus pensamientos o en la quietud de tu casa.
Desde que murió mi madre, subí los cuadros de los santos a la habitación de arriba, porque me aterraba las miradas perdidas de aquellas figuras. Algunas veces, varios ruidos se metían en mi sueño, alterándolo.
Mediodía. El griterío propio de los niños se apagó. Salí a la calle aquel viernes de silencio, ni un alma. Bajé El Sol, ..y nada. Probé por el callejón de la salida.. y nada. Todo estaba en calma. Pasos, pasos que venían en tromba,...corriendo,....miré allá y....nada. Nadie. El pájaro del nido, ....me calmé. Pasos, pasos, pasos, agigantados, terribles pasos, insaciables carreras. Golpe en una pared. Tiemblo. En la torre no suena la carrañaca. Estoy esperando ver mi propia muerte, la siento y...otra vez la nada. Salgo corriendo la calle abajo, y los pasos como una ola que despide inquietud, se desparraman en el monte, creando gritos, a la vez que los calla, ¿qué señal es esa?
Casa de la viuda. Llego y no dice nada, no quiere nada, no mira nada, sólo la nada. El tejado susurra:"..perdónanos...Santo Cristo...tendrá que pagar... ¡Plaf! Un boquete en el techo de la habitación...... algo ha caído a plomo. Unos marcos astillados y los lienzos de mi madre, se extienden sobre el suelo, hechos pedazos. No quiero verlo, busco la mirada de la viuda amiga,.....sus ojos son falsos, se descubre el velo y me habla a gritos..... .......¿madre?, .........reprochándome violentamente todo.
Cuando desperté, un velo negro cubría mi cara,quizás no quiso la viuda, en su último esfuerzo, que viera como aquellos trocitos se habían unido de nuevo, ahogándola entre sus hilos, en un cuadro recién pintado.
Diciembre, 2005

Siestas Equis

El juez encerrado por asesinar la mesa del juzgado, el cura ahogado en la pila bautismal, la viuda que corre alegremente la plaza cantando su dolor, una misa muda, la ribera que remonta el curso de una lengua seca, los pájaros durmientes en las esquinas de la plaza, unos niños que queman los juguetes de sus abuelos, las palabras que huyen del olvido, los políticos que vuelven a su cueva, la melena que entreteje el viento, pelo a pelo, la discusión que permanece mientras los contrincantes se van agotados y el borracho que dicta la Biblia en verso.
El pueblo recibía la lluvia caliente (espirales oxigenadas que sueltan las arañas troposféricas)que abrasa las figuras heladas de los espantados. La puerta, al fin, fue abierta a quien quiso pasar y la cola era larga, pero nadie, ni las cucarachas, ni las babosas ni las ratas ciegas, se atrevieron a deslizarse más allá del primer portal.
Las tejas traficaban con pájaros desde la frontera, perros raquíticos pedían limosna silbando un réquiem y las escopetas se batían en duelos continuados, siempre hasta el infinito más uno. No, la religión no tuvo la culpa de esta “fiesta”, porque si una verbena se hace con farolillos y gente dormida, en ésta había contratada una orquesta que sólo bailaba. Maravilloso, maravillosa fue la salida del pueblo entero acudiendo a recibir los que volvían a irse. Estúpidas piedras, eran lanzadas por la gente contra sí misma, contra sus padres, contra los pucheros y ollas y hasta contra el agua, que se quebró, quedando el pez abisal, aburrido.
Los tesoros del fondo fueron a parar a manos particularmente especuladoras. 15 metros, sólo juncos, y debajo de ellos, una habitación para un matrimonio de torsos. 35 metros para cincuenta pequeños mancomunados.
Sin negocio, las aguas buscaron tierra, hasta empapar al antiguo sediento. ¿Recuerdas? Hoy, tu árbol muerto. Los libros se sindicaron para hacer presas, y el que pensaste escribir, era un miserable esquirol mental.
Sucedáneo humano, tirano, derrocado y exterminado. Hormigas llamando a sus dioses negros. El sueño pasó, entre sudores y ataques epilépticos, la gran venganza, para el niño de la piel muerta, fue hecha. Final herméticamente depositado en deposiciones sanguinolentas.
Noviembre, 2005.