He arrastrado la Luna a través de un cilindro, proyectándola donde quería. A su paso robé la noche para todos. En un hormiguero hice realidad una fantasía pueril, transformando a toda la colonia en minúsculos lobos aulladores a ratos, a ratos mudos.
Atrapada entre mis manos, la conduje a duras penas, el frágil reflejo estelado, al ombligo de la mujer yacente, regalándole el pirsin que siempre deseó.
De día, ya liberada, la observé, mujer impaciente, utilizando el silencio como señal de alarma sugirió mi regalo nocturno.
La llevé a la perdición. Tuve la sensación de haberle donado una herida universal e incurable.
1 comentario:
UNIVERSAL E INCURABLE...
JEJEJE PLUS VALIA.
UN BESITO.
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